La orientación de la terapia Cognitivo-Conductual (TCC) parte del principio que el sufrimiento psicológico de la persona está estrechamente vinculado a pensamientos, emociones y comportamientos inadecuados que han sido aprendidos en la trayectoria vital.
Una parte del trabajo que se realiza con el terapeuta es analizar estos pensamientos, emociones y comportamientos, y las creencias erróneas que presenta el paciente y proponerle el aprendizaje de nuevos comportamientos y pensamientos más funcionales y adaptados.
El trabajo terapéutico consistirá básicamente en:
- Detectar comportamientos, emociones y pensamientos disfuncionales.
- Entender el pasado en la medida que ayude a resolver el presente.
- Provocar cambios efectivos que lleven al paciente a alcanzar sus objetivos vitales: personales y profesionales.
El tratamiento va dirigido a:
- Personas que atraviesan momentos vitales difíciles (divorcios, separaciones, problemas de pareja, soledad) o que soportan un sufrimiento psicológico que deseen aliviar.
- Personas que desean conocerse mejor o que quieren trabajar o mejorar aspectos de su personalidad.
- Cualquiera que se reconozca en alguno de los motivos de consulta.
El termino psicoterapia es de origen griego y significa “cuidado del alma”. Una psicoterapia consiste en una serie de entrevistas con un profesional , en general individuales (pero pueden ser grupales) con el objeto de tratar problemas psicológicos con una metodología específica.
Una psicoterapia es un trabajo sobre uno mismo. Permite a la persona realizar un autoexamen de sus problemas y de aquellos aspectos de su vida que más lo precisan.
Por ello, requiere una motivación importante por parte del paciente así como una buena “conexión” con el terapeuta para poder sacarle el máximo provecho.
Es la palabra que nos diferencia de todos los demás seres vivos y que nos hace humanos. Nacemos sin conocer el lenguaje pero ya desde el nacimiento aprendemos a comunicar e innumerables conexiones neuronales que se realizan a nivel cerebral harán de nosotros lo que somos. Es la palabra como tal que modela nuestro pensamiento y da forma a nuestras ideas y a nuestras emociones. Es pues a través de la palabra que podemos actuar sobre éstas.
Igual que un médico actúa con fármacos sobre nuestro cuerpo un terapeuta, con un rigor metodológico, una neutralidad y objetividad exigidos por el propio proceso terapéutico, actuará sobre nuestra mente.
Tanto la familia como la amistad son un apoyo insustituible para la persona. Sin embargo, y dependiendo del tipo de problema que se trate, son varias las razones que pueden llevar a consultar un terapeuta:
- Saber y experiencia
Porque un psicólogo es un especialista con experiencia en problemas mentales y los seres humanos, a pesar de nuestra individualidad, sufrimos todos el mismo tipo de conflictos psicológicos. Será él pues el mejor preparado y el que más práctica tenga para ayudar en estos casos.
- Sinceridad y neutralidad
Tanto con familiares como con amigos mantenemos unos roles, debido a que dependemos en parte de la imagen de nosotros mismos que damos a los demás. Exponer las propias debilidades y dificultades puede desestabilizar y comprometer estas relaciones. Por el contrario, el terapeuta siempre estará al margen de las relaciones personales del paciente.
- Secreto profesional
Un terapeuta está preparado para atender todo tipo de problemas, incluso los más personales e íntimos con la tranquilidad de que estos no saldrán de la consulta.
- Ayudar a hablar
No siempre somos totalmente conscientes de nuestros sentimientos. A menudo aquellas emociones más dolorosas son las más difíciles de expresar y son las que a la larga crean más dificultades y conflictos psicológicos. El trabajo del psicólogo consiste en ayudar a que estas emociones afloren para poder tratarlas y descubrir más allá de las dificultades del paciente significados y soluciones que por uno mismo no se hubieran planteado.
El terapeuta, en primer y privilegiado lugar, escucha atentamente el paciente. Pero también el terapeuta pregunta, pide detalles y precisiones, propone interpretaciones, incita a expresar emociones y a relatar hechos de la propia historia personal.
Básicamente trabajará tres áreas con el paciente:
- Le ayudará a liberar sus emociones.
- Le ayudará a entenderse mejor.
- Le ayudará a cambiar actitudes y comportamientos.
Es importante saber que un proceso terapéutico no tiene una duración establecida. Sin embargo la terapia Coginitvo-conductual est habitualmente corta.
El paciente es libre de dejar la terapia cuando le parezca.
Sin embargo una terapia es un proceso de cambio. Cambiar actitudes y comportamientos muy arraigados en nuestra forma de ser requiere que le dediquemos un tiempo mínimo.
También pueden realizarse sesiones aisladas o de diagnóstico cuando el paciente presenta unas dudas concretas o un problema puntual.
Quizás el criterio temporal más importante es el criterio de cambio, y esto requerirá un tiempo distinto para cada persona.
La duración habitual de una sesión es de tres cuartos a una hora y la frecuencia media es de una sesión semanal. En caso de cuadros agudos (depresión moderada o severa, crisis de pánico o de ansiedad) el terapeuta puede plantear de forma temporal dos sesiones semanales.